Investigación

¿Hablar con uno mismo es síntoma de trastorno mental? Más bien al contrario

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Sorprenderse hablando consigo mismo puede resultar embarazoso, especialmente si está pronunciando su propio nombre en la conversación. Tampoco sorprende que ese monólogo haga parecer que está alucinando. Se debe, obviamente, a que el propósito de hablar en voz alta no es otro que comunicarse con otras personas. Pero dado que muchos de nosotros hablamos con nosotros mismos, ¿será normal e incluso saludable?

Son numerosas las veces las que tenemos conversaciones profundas y transcendentales en las que nuestros pensamientos son el único interlocutor. Esta charla interna es saludable, ya que cumple la función de mantener a nuestra mente en forma, ayudando así a organizar nuestros pensamientos, planear las acciones que queremos realizar, consolidando la memoria y dando forma a nuestra emociones.

Los primates no humanos no se hablaban a sí mismo, pero se ha descubierto que controlan sus propias actividades mediante la activación de metas de un tipo de memoria que es específica para la tarea. Por ejemplo, si la actividad es visual (emparejamiento de plátanos) un mono activa un área diferente de la corteza prefrontal que cuando relaciona voces en una tarea auditiva.

En un estudio llevado a cabo por unos investigadores, los cuales descubrieron que el cerebro humano puede funcionar como de los monos si dejamos de hablar con nosotros mismos, ya sea en voz alta o interiormente. En dicho experimento, los investigadores pidieron a los participantes que repitieran en voz alta sonidos sin sentido mientras llevaban a cabo tareas visuales y auditivas. Debido a que no podemos realizar dos tareas al mismo tiempo, murmurar estos sonidos provocó que los participantes no fuesen capaces de decirse  a sí mismo que tenían que hacer en cada actividad.

Las investigaciones han revelado que los pacientes que sufren ansiedad o depresión activan estos pensamientos “aleatorios” incluso cuando intentan realizar alguna tarea que no está relacionada con las ideas que les rondan la cabeza. La salud mental depende de nuestra habilidad para activar los pensamientos relevantes para el desarrollo de la labor a la que nos dedicamos, como de suprimir los conceptos innecesarios.

Un experimento reciente desarrollado en el laboratorio de la Universidad de Bangor (Gales), se demostró que hablar alto mejora el control ejercido sobre una tarea, mucho más de lo que lo hace elaborar un discurso interior.  Gran parte de los beneficios parecen venir de escucharnos a nosotros mismos, ya que los pensamientos auditivos son mejores controlados que los escritos.

Expresarse en voz alta siempre y cuando la mente no divague podría ser una señal de buen funcionamiento cognitivo y no de tener una enfermedad mental, significando una mayor competencia intelectual.

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