Opinión

La epilepsia, un trastorno neurológico muy desconocido

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Muchas son las preguntas acerca de la epilepsia, toda una gran desconocida. El 24 de mayo es el Día Nacional de la Epilepsia, por lo que antes de adentrarnos en este tema vamos a hacer una reflexión: ¿qué es para usted la epilepsia? ¿Epilepsia y crisis epiléptica, son lo mismo? ¿Es una enfermedad neurológica o psiquiátrica? ¿Usted podría padecerla si nunca la ha tenido? ¿Es una enfermedad que aparece en la infancia? ¿Qué hacer ante una persona que presenta una crisis epiléptica?

Lo más probable es que no haya sabido responder a la mayoría de estas preguntas, no se preocupe. Comencemos con unos primeros datos que nos acercarán a un mejor entendimiento de este trastorno cerebral. Para conocer el significado original de este término habría que remontarse al siglo V a.C. Griego en origen, fue adoptado por el latín en el siglo XV significando “interrupción súbita” o “intercepción”. De esta forma se hacía referencia al modo de aparición de los síntomas característicos, como pueden ser las llamadas convulsiones o ausencias que algunos pacientes presentaban. Desde su primera descripción, la epilepsia estuvo rodeada de misticismo, siendo llamada la enfermedad sagrada. Las personas que la padecían presentaban signos externos de estar poseídos o endemoniados durante dichos episodios, pero nada más lejos de la realidad.

Para entender la epilepsia es necesario conocer la diferencia entre epilepsia y crisis epiléptica. Una crisis epiléptica es el resultado de una actividad cerebral anormalmente excesiva, produciendo con ello un conjunto de síntomas o signos sobre el paciente que la padece. Sin embargo, la epilepsia sería la enfermedad que por sí misma predispone a poder tener crisis epilépticas de repetición sin ningún desencadenante. Por este motivo, un sujeto puede presentar una crisis epiléptica única en su vida (como, por ejemplo, tras un traumatismo craneal, por bajada brusca de glucosa en sangre o por intoxicación por alguna sustancia, entre otros) y no ser considerado por ello epilepsia.

¿Sabías que la epilepsia es una de las enfermedades neurológicas más prevalentes del mundo? Un 8% de la población mundial sufrirá una única crisis epiléptica a lo largo de su vida, sin embargo, solo el 1,3% desarrollará epilepsia. Las infecciones, traumatismos e infartos a nivel cerebral, así como ciertas enfermedades autoinmunes y genéticas entre otras, pueden causar epilepsia, por lo que la edad de aparición incluye desde el nacimiento hasta la vejez. Otro de los factores derivados de la epilepsia es el importante estigma psicológico, social y laboral sobre la persona que la padece.

Tal y como hemos comentado, los aspectos visuales de esta enfermedad son lo más llamativo. Los pacientes suelen presentar sacudidas violentas de las extremidades o episodios en los que sufren una pérdida de contacto con el entorno mientras realizan automatismos (chupeteo labial o lingual, parpadeo, movimientos de prensión manual repetidos, etc.), que posteriormente pueden no recordar.

¿Cómo se debe actuar sobre una persona que sufre una crisis epiléptica?

Estamos ante una duda generalizada en el ciudadano de “a pie”, sobre todo si es un episodio convulsivo Lo primero de todo es no perder la calma, puesto que rara vez presenta una duración superior a 1 minuto y medio (aunque puede parecernos eterno) y no suele conllevar riesgo vital. Lo segundo es observar el entorno en el cual ha sucedido, confirmar que es seguro y que el paciente no puede lesionarse con ningún objeto cercano.

Nunca se debe sujetar al paciente aunque adquiera posturas anormales, ni introducir objetos en su boca para evitar que se muerda. Al terminar la crisis, se debe colocar al paciente en posición lateral derecha (llamada posición de seguridad) hasta que recupere un nivel de conciencia adecuado. Cuando la situación esté controlada o en el caso que se encuentre presente más de una persona, se debería llamar lo antes posible al servicio de emergencias.

Ahora que se conoce más sobre esta importante enfermedad neurológica, desde Grupo Virtus recordamos la importancia de acudir a un especialista ante cualquier síntoma.

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