Endocrinología

La eficacia de los cannabinoides y los opiáceos en las enfermedades inflamatorias del intestino

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En años recientes, varios modelos preclínicos han demostrado que los cannabinoides pueden ser muy eficaces para mejorar la inflamación y, por lo tanto, también pueden ser un tratamiento potencial para las enfermedades inflamatorias del intestino (EII).

Al igual que los cannabinoides, los opioides también han demostrado ser eficaces para reducir la inflamación en el intestino, aunque los opioides suelen estar asociados con altas tasas de dependencia y mortalidad.

En este sentido, en un estudio publicado en Clinical and Translational Gastroenterology, investigadores exploraron los mecanismos subyacentes de los cannabinoides y opiáceos en la EII, los beneficios del uso de estas terapias para la EII y los efectos adversos relacionados.

La acción de los cannabinoides en la enfermedad inflamatoria intestinal

El término “cannabinoides” se refiere a los más de 100 ingredientes herbáceos de la planta cannabis y a los cannabinoides sintéticos como el CP-55940. Todo tratamiento para la EII en el que se utilice cannabis se basa en la forma en que cualquiera de esos cannabinoides activa diversos receptores de cannabinoides en el sistema endocannabinoide (SCE) del cuerpo.

Los receptores de cannabinoides están involucrados en un número de procesos en el tracto gastrointestinal, como el alivio de fuertes contracciones intestinales, la regulación de la permeabilidad de la mucosa y la cicatrización de heridas.

Los investigadores de este estudio demostraron que, en el tratamiento prebiótico y de anticuerpos,  la microbiota intestinal puede modular los receptores cannabionides en ratones para mejorar la disfunción metabólica inducida por la dieta asociada a la colitis.

Los receptores de cannabinoides podría también manipular células epiteliales en el intestino para alterar la composición de la microbiota intestinal y mejorar los síntomas de la EII.

Evidencia de los beneficios del cannabis

Aunque una gran cantidad de datos preclínicos han demostrado la eficacia de los cannabinoides en ratones con inflamación intestinal, hay pruebas clínicas limitadas en torno al uso del cannabis para mejorar los síntomas de la EII en los seres humanos. Los datos clínicos existentes se basan en encuestas y en un pequeño número de ensayos clínicos que demuestran que el cannabis puede tener un potencial terapéutico de la EII.

En pacientes con EII, el cannabis ha demostrado aliviar síntomas como el dolor abdominal, los calambres y la diarrea, y muchos pacientes han informado de una mejora del bienestar general. Los resultados de un estudio retrospectivo y observacional que examinó los efectos del cannabis en 30 pacientes con la enfermedad de Chron mostraron que había una mejora significativa del índice de Harvey Bradshaw en 21 pacientes y que su necesidad de medicación y cirugía se redujo significativamente.

El papel de los opiáceos

Por otro lado, se ha demostrado que los componentes del sistema endopiático regulan las funciones del tracto gastrointestinal de manera similar a la del ECS, lo que sugiere que los opiáceos también pueden reducir la inflamación intestinal y los síntomas de la EII.

El bloqueo de los receptores de opiáceos mediante el uso de medicamentos también ha mostrado beneficios clínicos para los pacientes con EII. Además, también se ha demostrado que la naltrexona, antagonista del receptor mu-opoide, mejora los síntomas y la remisión de la EII.

El receptor mu-opoide aumenta en los pacientes con colitis ulcerosa activa y enfermedad de Chron; por lo tanto, la naltrexona puede ayudar a reducir la inflamación intestinal en pacientes con estas EII.

Efectos adversos

A pesar de la eficacia y los beneficios terapéuticos potenciales de los cannabinoides en la enfermedad inflamatoria intestinal, algunos pacientes que consumen cannabis han comunicado efectos secundarios a corto plazo, como sequedad de boca, mareos, náuseas, somnolencia, euforia, ansiedad y alucinaciones.

Los investigadores tienen la hipótesis de que esos efectos se desencadenan por la acción del ingrediente sicotrópico tetrahidrocannabinol sobre los receptores centrales de los cannabinoides y, posiblemente, solo se producen cuando se consumen dosis elevadas de cannabis.

Los investigadores sugieren que los pacientes con EII que consumen cannabis eviten el vaping o el uso de productos de e-cigarrillo que contengan THC debido al riesgo de neumonía grave y lesiones pulmonares.

En lo que respecta al uso de opioides en la EII, esto se identifica actualmente como un factor de riesgo para el uso indebido y la dependencia de los opioides. Los investigadores señalan que, durante un estudio en el que casi el 45% de pacientes con EII recibieron una receta de opioides, más de un tercio se convirtiera en usuarios persistentes.

El uso de opioides en la EII también se asocia con estreñimiento, nauseas, fracturas, obstrucción intestinal, eventos cardiovasculares y aumento de la mortalidad por todas las causas.

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