Pediatría

Los beneficios de las asanas en los niños

 

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Más que una práctica, son muchas las personas que definen el yoga como un estilo de vida sana, que cuida y fortalece el cuerpo, la mente y el espíritu. Esto se hace a través de la práctica de las asanas, la respiración y la meditación.

En este sentido, a los niños les resulta mucho más fácil la realización de las asanas  porque presentan mayor flexibilidad y tienen, por lo general, también el sentido del equilibrio más desarrollado.

Además, como casi todos los nombres de las asanas tienen nombre de animales, se pueden construir historias, cuentos, canciones y se hace una clase de yoga amena para ellos.

Con las asanas se beneficia a los diferentes sistemas del cuerpo: el circulatorio, el digestivo, el endocrino y el nervioso. La razón por la que existen tantas posturas diferentes es para que ninguna parte del cuerpo se quede sin estar trabajada.

Abastecen de sangre a todo nuestro cuerpo, favorecen los tejidos, mejoran el funcionamiento cerebral, dotan flexibilidad a la espina dorsal, tendones y articulaciones, los músculos y nervios. Eliminan crispaciones y contracturas e inducen a una respiración más profunda y reparadora y por lo tanto más benéfica.

Asimismo, previenen contra trastornos somáticos y psicosomáticos y colaboran en la resolución de desórdenes emocionales o psíquicos.

El objetivo de las posturas que veremos a continuación es que, desde los órganos exteriores, se calmen los órganos interiores. Al principio estas deben de practicarse poco a poco, para que no les resulte aburrido. Cuando se realizan ejercicios de estiramientos mantenidos en el niño, el cuerpo obtiene una serie de beneficios tales como:

  • Alargan el músculo y aportan flexibilidad al mismo.
  • Favorecen la espina dorsal, el músculo y los nervios de todo el cuerpo.
  • Refuerzan la musculatura.
  • El músculo se irriga de sangre mejorando su tono y resistencia.
  • Desbloquean, eliminan crispaciones y tensiones e inducen a la relajación reparadora y profunda.
  • Desarrollo neuromuscular.
  • Disipan la excesiva tensión motriz.

La razón por la cual se mantienen los estiramientos es porque ejercen una influencia más intensa y evitan en excesivo desgaste cardiaco. Además elimina contracturas y relaja.

La montaña es la asana principal del yoga, puesto que nos ayuda a estar derechos, tranquilos y centrados. Es una postura clave porque a partir de ella derivan otras posiciones. Así, con ella, el niño logrará mantener el cuerpo alineado, fortalecerá sus muslos, rodillas y tobillos, tonificará el abdomen, los glúteos, y podrá aliviar los problemas de ciática y de pies planos.

Por otro lado, la postura del árbol le proporciona al niño sensación de calma, le ayuda a concentrarse y a desarrollar el equilibrio. Además fortalece con la misma, los pies y piernas, le da flexibilidad a las caderas y rodillas.  También reduce el pie plano y abre el pecho.

El rugido del león es un ejercicio que se realiza colocándose cada niño a cuatro patas y uno enfrente del otro con los dedos de las manos separadas y bien apoyadas en el suelo. A continuación, se les invita a los niños a abrir la boca y a sacar la lengua todo lo que puedan y quieran. Al mismo tiempo se les dejará emitir rugidos o cualquier otro ruido que les apetezcan.

Este ejercicio les ayuda a liberar tensiones y a relajar la musculatura faciales, debidas al nerviosismo y al estrés. Es ideal para los niños que tiene dificultades para expresar sus sentimientos, pues les ayuda a vencer su timidez y les aporta una sensación de coraje.

La jalea es una postura que se realiza bailando. El niño se moverá como si fuera una enorme jalea de frambuesa que tiembla mucho. Les sirve para soltar tensiones, calentar el cuerpo, y les otorga diversión, además de energía.

La marioneta. El niño debe de sentir como si sus brazos, piernas, cabeza y tronco estuvieran controlados mediante hilos, hasta que sienten que esos hilos son cortados y ellos empiezan a notar poco a poco como cada una de esas partes de su cuerpo se va soltando. Este ejercicio es usado para calentar y liberar tensiones en los niños.

El triángulo. Para realizar esta postura el niño debe de colocarse primero en la postura de la montaña. Después debe de separar las piernas y brazos. A continuación girará el pie derecho hacia fuera, dejando una línea imaginaria entre el pie izquierdo y el talón derecho. Por último, girará su cintura hacia la derecha y hacia abajo, llevando su mano derecha al pie derecho y girando la cabeza hacia arriba mirando su mano izquierda extendida.

Los beneficios de esta postura es la flexibilidad que les aporta a su espalda, cadera, piernas y pies. También fortalecen las mismas. Abre el pecho, estimula órganos abdominales ayudando a la digestión. Alivia el estrés y además puede ser usada como postura terapéutica para la ansiedad y el pie plano.

El guerrero. Para realizar dicha asana el niño se colocará de pie con las piernas juntas y las palmas unidas una con la otra a la altura de pecho. Después dará un salto separando brazos y piernas. El pie derecho gira hacia fuera, dejando una línea que una el pie izquierdo con el talón del pie derecho. Al soltar el aire, flexionará la rodilla derecha, brazos extendidos y cabeza girada, mirando a la mano derecha.

Entre sus beneficios se encuentra que fortalece piernas, brazos, hombros y espalda. Abren el pecho y los pulmones, estimula los órganos abdominales, aumenta la circulación sanguínea y la resistencia.

El gato. El niño se pondrá a cuatro patas en el suelo. Al inhalar llevará la cabeza hacia dentro mirándose el ombligo y arqueando la columna hacia arriba como si fuera un gato y al exhalar mirará hacia el techo, hundiendo la columna hacia dentro. Esta postura ayuda a obtener flexibilidad en la columna y a aumentar la circulación sanguínea. Además, relaja el corazón y alinea correctamente los órganos del cuerpo.

La mariposa. El niño se sentará en el suelo y unirá una planta del pie con la otra. La espalda debe de permanecer recta. Las manos sujetarán los pies y moverá las rodillas hacia arriba y hacia abajo. Y por último, se extenderá hacia delante, intentando llegar su nariz a los pies. Entre sus beneficios se encuentra que ayuda a abrir las caderas, flexibiliza la pelvis, mantiene el abdomen saludable y estira la espalda. También ayuda a aliviar la ansiedad y el cansancio.

La gaviota. Sentado en la postura de la mariposa, el niño debe de agarrarse con las manos, los dedos gordos de los pies. Manteniendo el equilibro y con ayuda de las manos estira ambas piernas a ambos lados. Siempre que se pueda con la espalda recta. A veces la postura de la gaviota se puede realizar acostada tal y ayuda a desarrollar el equilibrio y estira la parte posterior de las piernas.

Y, por último, se encuentra la cobra. El niño se colocará tumbado boca abajo con la frente apoyada en el piso. Con las manos apoyadas en el suelo a la altura de los hombros, con la siguiente inhalación y con la ayuda de los brazos levantará la cabeza, el cuello y el pecho, llevado los hombros hacia atrás y hacia abajo.

Entre los beneficios está que abre el pecho, fortalece y flexibiliza la columna, brazos y la espalda, alivia problemas respiratorios como el asma al fortalecer el diafragma, mejora la digestión, estimula la tiroides y los riñones, y elimina el estrés y la fatiga.

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